HISTORIA
Nuestra escuela nace el año 2009, como escuela de Lenguaje Creaciones
y recibió el reconocimiento oficial ese mismo año. A finales del año 2017 la escuela cambia de sostenedor y administración, por esta razón, la escuela cambia de nombre a Escuela de Lenguaje ENITEO, que significa, brillar, resplandecer.
En diciembre del 2018 nos cambiamos de domicilio, desde Sánchez Fontecilla hasta avenida
El Valle, en donde funcionamos actualmente. Este cambio resultó ser muy favorable para nuestros alumnos, ya que la mayoría de nuestros niños y niñas viven acá en lo Hermida y además estamos mucho más cómodos, por las características de la nueva construcción.
Seguimos trabajando junto el equipo Eniteo para lograr que nuestros niñas y niños superen su trastorno de lenguaje, incorporando nuevas herramientas y metodologías, en un ambiente protegido, amoroso y respetuoso de los procesos de cada uno; además esperamos ser siempre un espacio acogedor para las familias que forman parte de nuestra comunidad.
VISIÓN
Todo niño o niña que está expuesto a modelos comunicativos, adquiere
su lengua materna relativamente rápido (3 años aproximadamente),
de manera uniforme, y a pesar de la variabilidad de la experiencia individual, pasando por la misma serie de etapas de desarrollo del lenguaje. No obstante, el desarrollo del lenguaje oral constituye un proceso activo
por parte del niño o niña. Cada uno de ellos tendrá también su ritmo propio y particular, que podrá variar de acuerdo a sus características personales y a los contextos lingüísticos en que se desarrolle.
La escuela de Lenguaje Eniteo, identifica el lenguaje como una relación entre el pensamiento, aprendizaje y desarrollo cognoscitivo siendo fundamental para la integración social.
Desde esta perspectiva creemos que desarrollar el lenguaje en los niños
y niñas en el ámbito educativo, es ampliar y enriquecer sus posibilidades de comunicación. Afirmamos además que es necesario desarrollar al máximo las potencialidades de nuestros estudiantes por medio de experiencias
que les otorguen la posibilidad de descubrir, imaginar, crear y reconstruir çsu mundo, en contextos sociales y comunicativos enriquecidos, que sean un sustento sólido para el desarrollo de aprendizajes posteriores.
Lo anterior es posible lograrlo a través de lo que Myrtha Chockler llama “Vínculo de apego”. Se refiere a la calidad de las relaciones afectivas con
el entorno, los lazos que constituyen el vínculo primordial con los adultos que lo cuidan, cuya función es proteger, acoger, sostener y tranquilizar al niño en su contacto con el mundo, que, por ser nuevo y renovado permanentemente, le despierta curiosidad, interés y también inquietud, alarma y ansiedad. Aunque el niño tiene una tendencia genética a promover la proximidad oel contacto con una persona y apegarse a ella también hay un aprendizaje y es evidente que ésta se va desarrollando hacia aquellas con las que tiene más interacción o que le brinden las respuestas específicas más cálidas y adecuadas.
En la Escuela Eniteo creemos que para garantizar el crecimiento y
desarrollo global de los niños y niñas se debe procurar y velar que los adultos que se ocupan de ellos (padres, profesora, familia), les den un adecuado sostén, los traten con respeto, los contengan, y sobre todo
les entreguen mucho afecto.
MISIÓN
Nuestra misión es desarrollar las competencias lingüísticas de nuestros estudiantes, con el fin
de insertarlos en la comunidad con
las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos que les imparte la educación regular así como también preparar a los niños
y niñas para sentir la necesidad de comunicarse y la satisfacción de hacerlo bien, que su lenguaje oral fluya como la expresión de su espíritu libre, reflexivo y responsable llevando consigo mismo seguridad e inquietud por el saber y una actitud crítica para sí mismo y el entorno que los rodea.
Hacer de nuestros estudiantes,
niños y niñas seguros, capaces de
establecer relaciones vinculares duraderas y adecuadas que le den el sostén necesario para que pueden explorar su entorno con seguridad,
confianza y felicidad.
